Por Nicolás Escárate González

Oriunda del puerto de San Antonio, Camila Rojas,  administradora pública de la Universidad de Chile y activa militante de Izquierda Autónoma, es la carta fuerte del Frente Amplio para representar a su ciudad natal en la cámara baja del Congreso. Este es su mayor desafío político en lo que va de su vida, pero no el primero, ya que es uno más en la lista de contiendas políticas en las que ha estado, como el de tener un sillón en el Senado Universitario y el de ser la presidenta de la Fech. Ambos desafíos que ganó con un gran apoyo electoral.

Más allá del nexo obvio que tiene con la ciudad, por haber nacido allí, lo que realmente la motiva a representar al distrito al que forma parte su natal San Antonio, es el conocimiento que tiene de vivir en una ciudad capital. El haber vivido en Santiago durante los años que estudió su carrera le permitió darse cuenta de la gran desigualdad social, cultural y económica que existe entre las regiones y la capital de nuestro país.

“Las ciudades están realmente abandonadas, cuando no eres capital regional también se siente un desplazamiento sobre cuál es la capital provisional, cómo se distribuyen los recursos, y creo que es súper relevante este distrito en general porque tiene los dos puertos más importantes del país, el movimiento portuario es bien relevante, la pesca también lo es, el tema del borde costero, entonces hay tantas cosas que podemos hacer y los parlamentarios que hasta ahora hemos tenido han estado mucho más flojos y podrían haber hecho mucho más en lo que llevan en el congreso”, menciona.

Aunque la motivación extra es representar a su ciudad, no desconoce el trabajo que tendría que hacer por todas las regiones del país en otras problemáticas. “Es importante gestionar una ley de puertos donde el desarrollo de éste no interfiera tanto con la infraestructura de la ciudad; es un trabajo entre los dos entes, privado y público, además es importante legislar sobre ello cuando tienes un país con más de 4 mil kilómetros de costa. Es una realidad  que se ve en San Antonio, en Valparaíso, pero también en Chañaral, en Quintero, en Antofagasta; Chile está lleno de puertos, entonces los representantes han estado bastante al debe en esas situaciones”, indica.

Rojas, si bien no ha seguido de cerca el trabajo de los parlamentarios que representan a San Antonio, no desconoce “el trabajo que seguramente han hecho por la comuna”, pero es bastante crítica al momento de opinar sobre la cuestionada Ley de pesca, ley que contó con un voto a favor y un voto de abstención de los diputados locales.

“Creo que en los temas nacionales los parlamentarios quedan bastante al debe. O sea, como puedes aprobar una ley que más encima viene redactada de parte del empresariado, a sabiendas que obviamente afectaría a las ciudades que viven de la pesca artesanal. A San Antonio y a muchas más ciudades esta ley les ha afectado enormemente”, señala.

Desde el movimiento estudiantil

En 2011 su nombre comenzó a hacerse conocido en los pasillos de la U. de Chile, cuando ingresa militar a la Izquierda Autónoma donde comparte con Valentina Saavedra, presidenta de la Fech durante 2015 y Gabriel Boric, diputado por el distrito de Magallanes y la Antártica chilena. Empezó a formar parte desde ese entonces de las movilizaciones permanentes del Instituto de Asuntos Públicos (INAP), que tuvieron un punto álgido en 2013 cuando el entonces presidente de la Federación, Andrés Fielbaum, denunció a Eduardo Dockendorff por supuestas irregularidades en el ejercicio de su función como director del Instituto.

Rojas secundó en todo momento a Fielbaum, adquiriendo una mayor visibilidad que le permitió convertirse en 2014 en una de los siete estudiantes representantes del senado universitario del plantel. En ese cargo, además de encargarse de los temas propios del INAP, fue una fuerte promotora de la equidad de género además de la promoción de la educación no sexista. Camila es militante del núcleo feminista de la Izquierda Autónoma.

En 2015 fue electa para asumir la presidencia de la FECH en el periodo 2016, convirtiéndose en la quinta mujer en la historia de la federación en ocupar ese cargo. Un año que prometía una radicalización del movimiento, un nuevo 2011 le llamaron muchos, ya que incluso se movilizaron planteles privados, pero pasado el tiempo las actividades mismas se fueron debilitando logrando muy pocas cosas a nivel nacional. Camila no desconoce esa situación y es crítica con su gestión.

“Son condiciones súper diferentes, las movilizaciones del 2011 llegaron luego de años de calma. Las movilizaciones del 2016 las antecedieron las del 2012, 2013, 2014 y 2015, entonces no iba a ser como una explosión de dicha envergadura. Yo creo que lo más importante es que las universidades privadas se hayan sumado a las movilizaciones de manera más activa; conozco a dirigentes de la Andrés Bello que fueron expulsados por liderar los paros dentro de las universidades. Rescato la fortaleza de la institucionalidad que logramos y el trabajo en conjunto que llevamos a cabo con establecimientos que ni siquiera tenían una federación propiamente tal, como el instituto Los Leones o la Uniacc”, afirma al ser entrevistada en San Antonio.

Si bien asume que no lograron instalar temas en la agenda nacional como hubieran querido, reconoce los logros que llevó de manera interna en la Universidad. 2016 fue el año donde estallaron los casos de acoso universitario y también el de la consolidación del movimiento feminista dentro del plantel.

“El feminismo a la u no llegó con la presidencia mía a la Fech, pero nos propusimos nosotros como equipo avanzar en estos temas. Una de las temáticas principales era la del acoso y nos tocó que justo explotara en mi presidencia entonces estuve muy involucrada y logramos, aunque se muy mínimo, tipificarlo dentro de la comunidad universitaria. Formamos una mesa en conjunto con las secretarías de género de la universidad y la vicerrectoría de asuntos estudiantiles, en donde tocamos esa y otras problemáticas de la U.”

Además de ese tema, valora también otros avances internos de la universidad, como instaurar la idea del fin al subcontrato en el consejo universitario. “Fue un año mejor a nivel interno que a nivel nacional”, asegura.En las elecciones de 2016, luego de dos periodos ganados por la Izquierda Autónoma la colectividad pierde el liderato universitario. Daniel Andrade, miembro de la Unión Nacional Estudiantil (UNE), asume como presidente de la Fech, para el periodo 2017,  un año complejo para los movimientos, afirma Camila. Dice ser bastante republicana, y al ser consultada por alguna crítica a la gestión de su sucesor, prefiere no dar una opinión directa.

Al ser consultada sobre si existe una suerte de aprovechamiento de los candidatos al “apropiarse” como banderas de lucha de las consignas de los movimientos sociales, Camila asegura que es conveniente par darle visibilidad a los movimientos, pero deben ser claros los precandidatos y proyectar su grado de compromiso con los movimientos, no usarlos para llegar a gobernar. “Los candidatos recogen las consignas de los movimientos, como el no más AFP, el Ni una menos o el propio movimiento estudiantil, lo que está bien ya que estos movimientos necesitan ser parte de la agenda. Están a favor con la educación gratuita y de calidad, pero lo importante es preguntarse el nivel de compromiso que tienen con los movimientos. Ya, estás a favor de la educación gratuita y de calidad, pero de qué manera, hasta qué punto”.

Izquierda Autónoma y Beatriz Sánchez

“Nuestra candidata oficial es la Beatriz Sánchez, nosotros la encontramos una candidata interesante ya que es una persona que se reconoce de izquierda y ha tenido una trayectoria en su área profesional bien aguda. Es una persona que hacía política desde su ámbito y es mucho más masiva, entonces de alguna manera nos permite superar el techo que ha tenido la votación tradicional de izquierda, que es de un 5%. Vimos en ella la posibilidad de llegar a más gente”, asegura Camila Rojas respecto de la posición de Izquierda Autónoma frente a las elecciones de este año.

Claro que como todo pacto, decidieron primero dejar sentadas las condiciones con las cuales se plegarían a la candidatura de la periodista:  “Acordamos cinco puntos que nos parecieron primordiales en el programa de la presidencia, que tienen que ver con derechos sociales, sexuales y reproductivos, derechos humanos y dignidad laboral, ya que nos parecía importante que esos temas que han estado presentes en las movilizaciones de los últimos cinco años formen parte de un programa de gobierno”, afirma.

Si bien la candidatura de Beatriz Sánchez en un momento subió como espuma, en estos momentos se encuentra estancada en un 9%, no tan abajo de Guillier, que ostenta el 14% pero si muy abajo de Piñera, quien obtiene un 23% según la última encuesta CEP. Han colocado escenarios ficticios en la prensa, donde gran parte de los estudios afirman que Guillier pasaría a segunda vuelta, enfrentándose así al ex presidente Sebastián Piñera.

El Frente Amplio, con un optimismo envidiable, no ha decidido aventurarse a señalar qué decisión tomarían ante tal escenario; una posición contraria a la de miembros de la Nueva Mayoría, como Francisco Vidal, quien asegura que todas las fuerzas de izquierda no podrán ganarle a Piñera si se enfrentan por separado. “Un chantaje que otras veces ya lo han hecho desde la Concertación”, menciona Camila ante las palabras del ex vocero del primer gobierno de Bachelet.

“No creo que el debate sobre qué hacer si Guillier pasa a segunda vuelta sea algo fácil dentro del Frente Amplio, será un debate duro, habrá diferencias y tampoco creo que haya dos fuerzas que se plieguen ante él y otra que por ningún motivo lo apoye, creo que habrá una tercera fuerza que apuntará a apoyarlo si se compromete con tal y tal cosa, entonces pueden haber muchas visiones sobre eso”, afirma.

Sin embargo, a pesar de que supera en las encuestas a Sánchez, Camila no considera a Guillier como un candidato con una fuerte presencia política: “No veo un Guillier con una fuerte posición política, se ve muy subsumido a un proyecto que ya no es un proyecto, es más bien algo que se somete a los intereses empresariales, entonces ante un precandidato así no creo que yo lo apoye. Si tuviera los ideales de una manera más clara, si dice, “Quiero cambiar Chile”, que diga de qué manera,  si es en serio, o a medias”.

Una carrera frente al mar

A pesar de que es bastante conocida dentro del ambiente universitario santiaguino, al conversar con ella en un lugar bastante concurrido de San Antonio, no hay miradas que la reconozcan. Cosa distinta pasa con los parlamentarios actuales, que son bastante queridos y aprobados por la gente. Sin duda se viene un desafío para Rojas y ella lo sabe.

“Hicimos campaña en el distrito hasta hace como dos meses; lo que pasa es que las primarias se roban toda la atención y ahora como colectividad estamos más abocados a eso que a las candidaturas propias. Si bien el distrito es grande, me gustaría hacer campaña principalmente en la provincia porque mi interés en la candidatura radica acá”, sostiene.

Con el fin al binominal se hizo necesario un redistritaje donde el distrito 7, el de Valparaíso, quedó como uno de los más grandes a nivel nacional, ya que ahora concentra a toda la región costera más la Isla de Pascua y el archipiélago de Juan Fernández, acumulando para sí 8 parlamentarios propios.

Si bien Camila reconoce que es un logro para que los partidos chicos puedan tener oportunidad de tener asientos en el congreso, la grandeza de las circunscripciones hace muy poco posible hacer campaña para estos partidos: “Creo que parte de la letra chica de la ley que puso fin al binominal igual benefició a los partidos grandes, o sea, imagínate que el distrito de Valparaíso reúne también a la Isla de Pascua y al archipiélago de Juan Fernández. ¿Cuando un partido chico tiene recursos para ir para allá? O sea, de ser elegida como candidata yo no creo que pueda ir a hacer campaña allá; entonces hay pequeñas cosas que igual benefician a los grandes partidos, los que tienen plata para desplegarse por todo el distrito”.

Es optimista en su candidatura, aunque al ser consultada por sus proyectos al no ser electa como diputada, cree que en 2020 se podría presentar al concejo municipal de San Antonio y que en 2022 volvería a presentarse como candidata a diputada. Le gustaría trabajar como administradora pública en San Antonio, ciudad que no dejaría y en la que le gustaría echar raíces para siempre.